Amor al toro bravo en todas sus manifestaciones, con encierros y capeas para los mozos, concurso de recortadores, clases prácticas para noveles, el habitual festejo de rejones y el plato fuerte de la corrida de José Escolar y la novillada de Baltasar Ibán.
Por Andrés de Miguel
Riaza, pueblo segoviano cercano a Madrid, celebra sus fiestas de verano en la que los toros tienen gran protagonismo. El viernes 16 y el sábado 17 se lidiarán una novillada de Baltasar Ibán y una corrida de José Escolar. Impulsado por la Peña Taurina de
Riaza
y organizado por la corporación municipal, se celebra esta pequeña feria torista en la cercanía de Madrid y a final de la temporada.
Más allá del evidente interés de los carteles, tiene el valor como ejemplo del camino de regeneración de la tauromaquia. Toros de ganaderías exigentes para toreros y novilleros capaces, pues el interés y belleza de la tauromaquia no está tanto en la perfección de las formas, como en la resolución de problemas de comportamiento propiciados por la casta de los toros, para los que se requiere conocimiento y decisión.
Amor al toro bravo en todas sus manifestaciones, con encierros y capeas para los mozos, concurso de recortadores, clases prácticas para noveles, el habitual festejo de rejones y el plato fuerte de la corrida y la novillada dedicada a la memoria de
Víctor Barrio
, tan cercano a
Riaza
y por cuya puerta grande salió en la corrida de la feria del pasado año, en lo que a la postre sería su último triunfo, como nadie podíamos imaginar.
El futuro de la tauromaquia pasa por iniciativas como la de
Riaza
, enraizadas en la vida de los pueblos y ciudades, con carteles bien armados, a la vez que exigentes con el concepto del espectáculo, respetuosas con la casta del toro bravo e interesantes para los aficionados y la mayoría de los espectadores.
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